miércoles, 2 de febrero de 2011
Amanecer
Nunca me dijeron que enamorarse conllevaba seguir al amor por todos los lugares que este pasara... Yo llegué a este mundo siguiendo a mi amor, a ese por el cuál eres capaz de hacer mil barbaridades si hace falta...
No necesitábamos nada, sólo y únicamente la dulce compañía del otro... Si había que luchar contra feroces cristianos, él estaba allí defendiéndome siempre, aunque traicionara a su propia confesión,... Si eran los mismos paganos los que me atizaban, él ponía su cara antes de que golpearan la mía...
Ahora ya no tengo amor. Ahora camino sola... Bueno, sola no, ya que he llegado a una orden en la que la unión hace la fuerza y en la que dan mucho sin pedir nada a cambio. He aprendido a depender únicamente de mí, la vida por aquí me ha obligado a ello y he valorado la amistad por encima de todo y todos...
No sé si en una de esas batallas en las que nos dejamos la vida para defendernos a nosotros mismos o a quienes queremos, quedará también mi armamento y mi vida; no sé cuánto durará mi camino por aquí... Dure lo que dure lo haré siempre dentro de estar orden, porque es en ella dónde me siento como en casa...
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