martes, 22 de marzo de 2011

Cisne Negro


Hola!
Soy la ultima incorporación a la orden BAR. Desconozco mi nombre pero todo el mundo me llama Cisne Negro. Si quereis también me podeis llamar asi.
Nací hace 20 años en una aldea olvidada por el hombre. Mis padres eran unos campesinos que anhelaban la necesidad de tener hijos(varones, asi aportarían más dinero a casa con trabajos pesados). Pero bueno, nací yo, una niña. Aun que tratase de ayudar en todo lo que podía a mi escasa edad, para ellos nunca era suficiente. Cuando solo tenia 6 años me malvendieron a una pareja de nobles que casualmente pasaban por allí.
Pensé que mi suerte había cambiado a mejor, pues a los nobles se les veía muy adinerados, pero mi ilusión duró poco tiempo.
Llegamos a su castillo, estaba lleno de riquezas y de todo tipo de lujos.
Nada mas entrar al castillo, Talesa, que así se llamaba la noble que me acababa de comprar, llamó a una de sus doncellas para encargarle que se ocupase de mi.
Ella me dijo que mi tarea sería cuidar los cisnes de Talesa. Yo les alimentaria, me encargaria de que no se escapasen y todo tipos de cuidados que necesitasen.
Era un trabajo bastante cansado. Pensaba que serian animales bastante dociles pues su aspecto era demasiado tranquilo. Pero nada de eso, me costó que se adaptasen a mi, que no me tuviesen miedo, y que no saliesen volando cada vez que me vieran llegar.
Mi estancia en aquel castillo no era feliz, pero tampoco era mala. Los cisnes eran tratados mejor que yo, pero tampoco me podia quejar
Cisne negro, asi me llamaba la gente del castillo. Mi pelo, negro como el carbón era lo que hacia que se me pudiese encontrar entre todos los cisnes cuando nos bañabamos en el gran estanque, asi que de ahi vino mi apodo.
El primo de Talesa solía venir de visita dos veces al año. Su estancia alli resultaba incomoda. Siempre que venia, le compraba a Talesa alguna de sus doncellas para que le sirviesen a el como criadas. Los rumores sobre aquel hombre no eran nada buenos. Las doncellas de Talesa rumoreaban que todas las chicas que el compraba eran tratadas como esclavas y que cuando las dejaba embarazadas se desacia de ellas y no se las volvia a ver mas.
Un día, antes de que el sol asomase sus primeros rayos de luz por encima de la colina, Talesa entro al cuarto de las criadas, me despertó y dijo que me asease, me vistiese y bajase al comedor, pues su primo me habia comprado por 1 moneda de oro y tenia que partir con el nada mas amanecer.
Cuando Talesa se marcho del cuarto, las doncellas se apresuraron a decirme que escapase lo antes posible, que me marchase si realmente sentia aprecio por mi vida.
La doncella de Talesa, me dió una de las llaves maestras. Me dijo que cuando escapase, dejase la llave escondida bajo la estatua de la puerta principal, así no sospecharían de que ella había sido la que me dio la llave para poder escapar. Asi que asi hice. No dedique tiempo a vestirme solo cogí mi abrigo y salí corriendo para adentrarme en el bosque lo antes posible. Deambule días enteros sin rumbo que seguir.Me alimente de los frutos que encontraba por los arboles.El miedo se apoderaba de mi por las noches. La oscuridad se hacia infinita y se podian oir miles de ruidos de los diversos animales que vivian en el. A la tercera noche, cuando intentaba conciliar el sueño, escuché unos pasos que se acercaban, cada vez se hacian mas ruidosos, cada vez se aproximaban mas a mi. Me agazape junto al arbol en el que intenta descansar, cuando la luz de la luna alumbró a un muchacho a lomos de un gran caballo. Su cara era muy dulce pero su rostro parecía cansado. Me pregunto que si me habia perdido y le contesté que no, me pregunto tambien que si yo queria me podia llevar a mi casa, y le dije que no tenia casa. Quieres venir conmigo??Me preguntó. Y yo solo acerté a afirmarle con la cabeza. Me tendio su mano, y de un ligero tirón me subió a su caballo. Como te llamas?? me dijo. Yo le respondí que siempre todos me habían llamado Cisne Negro. El me respondió con una voz firme. Yo soy Joha.
Despues de horas galopando por los bosques, llegamos a un gran castillo iluminado con grandes antorchas.
Bienvenida a casa me dijo


  

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